Hoy abre sus puertas el centro cívico de Ibaiondo, al norte de Vitoria, una infraestructura de 12.000 metros cuadrados que supone la última, y más completa, aportación a una red de recursos sociales única en España. Supondrá el duodécimo centro cívico de la capital alavesa, que prevé atender a los 40.000 habitantes del barrio de Lakua, aunque sus instalaciones están abiertas a toda la ciudadanía. El Ayuntamiento ha invertido algo más de 16 millones de euros en este equipamiento, proyectado por el arquitecto Jesús Armendáriz.
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El consistorio ha invertido más de 16 millones de euros en el nuevo centro
Las instalaciones de Salburua y Zabalgana serán las próximas en abrirse al público
Los centros cívicos se hallan tan presentes en la vida de los vitorianos que prácticamente toda su población utiliza alguna de sus instalaciones, como lo prueban los más de cinco millones de accesos que registraron a lo largo del año pasado. Durante el curso 2008-2009, se organizaron un total de 426 actividades, en las que participó el 11% de la población de la capital alavesa. El grado de satisfacción de los vecinos con los centros supera el 8,5 sobre 10, según las encuestas que se realizan desde el año 2002.
La singularidad de los centros cívicos de Vitoria estriba en su oferta completa de actividades para los vecinos, del polideportivo a los talleres de fotografía digital, como el que se pondrá en marcha en el nuevo centro de Ibaiondo, con una docena de ordenadores y sus correspondientes pantallas. Además tendrá biblioteca, ludoteca, un punto de encuentro familiar, sala de estudio o teatro. Y sin olvidar las piscinas, que en el caso de Ibaiondo integran hasta un spa.
La red de centros cívicos fue obra del entonces alcalde, visionario en muchos aspectos de las integración social, José Ángel Cuerda, nacionalista heterodoxo que se presentó bajo las siglas del PNV y de EA. Cuerda, de profundas convicciones sociales, entendía la ciudad como un entramado al servicio del vecino. Si se confundió en la planificación urbanística, malgastando suelo público, no erró en cambio en la dotación de servicios a los vitorianos, con especial atención a los barrios.
No en vano, el primer centro cívico abrió sus puertas en 1985 en Sansomendi, una zona de clara raigambre obrera e inmigrante, con un equipamiento sociocultural en unos bajos de la calle de Paula Montal. En años sucesivos se fueron inaugurando El Campillo, en el Casco Histórico; la zona deportiva de Arriaga, el centro de Abetxuko y el polideportivo Aranalde, todos ellos en zonas populares.
Desde 1989 surgieron los centros integrados: en el mismo edificio se podía nadar, consultar un libro, asistir a un taller de cerámica, recibir atención social o jugar al baloncesto.
Estas instalaciones, la mayoría en edificios de nueva planta, que han supuesto sucesivos hitos arquitectónicos en la ciudad, tendrán su continuación en los centros de Salburua y Zabalgana, cuyas obras se adjudicarán antes de fin de año, tras estudiar las más de 20 propuestas presentadas para cada uno.
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